El Cristo de las Ampollas

EL CRISTO DE LAS AMPOLLAS.
En mi ya remota infancia escuché el relato por boca de mi abuela materna. En el año de 1644 falleció en Hocabá el cura párroco Juan de la Huerta, quien, por vía testamentaria, dejó a la Catedral de Mérida el ya famoso Cristo de Ichmul, conocido como “de las Ampollas”, que obraba en su propiedad de mucho tiempo atrás. Acondicionado para su resguardo el altar de las ánimas, costado norte del templo catedralicio, la imagen fue solemnemente entronizada el 16 de mayo de 1645, con vistosa procesión que encabezó el alcalde Alfonso de Vargas. El moreno Cristo era atractivo igualmente a españoles y pardos, de ahí que su devoción meridana fue en aumento.

¿Cuál era el origen de esta venerada imagen? En 1611 comenzó a aplicarse en Yucatán la disposición real de cambiar a los clérigos regulares por seculares en todas las parroquias. Se pensaba que los frailes, tras un siglo de trabajo, habían concluido con la evangelización. Era hora de dejar paso a los señores curas. En el pueblecillo de Ichmul el cambio tuvo lugar en 1621, pero debió ser con ayuda de la fuerza pública porque el párroco, fray Juan de Izquierdo, se negaba a entregar el templo a su sucesor, el presbítero De la Huerta. Este buen hombre —con buenos amigos en el obispado— comprendió que comenzaba mal su tarea, pues los frailes eran muy queridos por el pueblo. ¿Cómo atraer a sus nuevas ovejas? Parece ser que cuatro años más tarde tuvo lugar un portento cuyos detalles se divulgaron rápidamente por el poblado. Se decía que el campanero Jesús Be, al subir a la torre del templo, había observado un lejano árbol que parecía arder en viva luz. El padre De la Huerta, temiendo vínculos infernales, mandó cortar el árbol y traer su madera a la sacristía.Semanas después se presentó en el templo un joven que dijo ser español y de oficio tallista. ¿Habría algún encargo para él? El párroco decidió encargar una imagen de la Virgen María con la madera recién cortada. Aseguran que el orfebre pidió trabajar en la sacristía sin que nadie lo molestase. Lo raro es que no se le vieron utensilios, ni salió para comer durante tres días.Alarmados, el padre De la Huerta y su sacristán Chucho forzaron la entrada de la sacristía y encontraron una imagen, pero no de María, sino de Nuestro Señor crucificado. ¿Quién había sido aquel misterioso artista? ¿Acaso un ángel?
Así comenzó la veneración de la imagen, cuyo prestigio aumentó en 1634, cuando un incendio consumió el templo de Ichmul, pero el Cristo se mantuvo de pie, entre las cenizas del altar, aunque totalmente ennegrecido y cubierto de ampollas. Lo extraño es que cuando el padre De la Huerta fue trasladado a la villa de Hocabá se llevara la imagen consigo, como de su propiedad.
De 1645 en adelante, toda Mérida se volcaba para las fiestas solemnes. Había muchos gremios que competían en lucimiento para sus misas y demás rituales. Los gremios más lucidos eran los de comerciantes y panaderos, quienes pagaban hasta luces de bengala y voladores por las noches. Hubo gremios de urdidoras de hamaca, de lecheros, de matarifes, etcétera.En septiembre de 1915 tuvo lugar la incivilizada destrucción de retablos y capillas de la Iglesia Catedral. Turbas de socialistas, como no se había realizado ni en la Rusia soviética, destruyeron en minutos una labor de arte sacro de 300 años. El Santo Cristo de las Ampollas desapareció aquel día.¿Qué fue de la imagen? Testigos presenciales aseguraron que los iconoclastas le dieron de golpes con barretas y después, en un vehículo de la policía judicial de Alvarado, fue llevada a la llamada “caballería”. Algunos aseguran que fue tirada al mar por las costas de Sisal.— Mérida, Yucatán.jorgealvarezredon@hotmail.com ————— *) Cronista de Merida
Fuente texto: Estampas
Jorge H. Álvarez Rendón (*)
D. YUC. MARTES 07/09/2010
(Compilación de Manuel Zavala)